Etiquetas, queja y gratitud.
Pasé unos treinta años siendo la más introvertida. Decía si/no moviendo la cabeza para no pronunciar palabra. Y negativa. También era muy negativa. Me quejaba en lo profundo: ‘por qué yooooo’! Que he hecho yo para merecer esto, me decía, mientras lloraba en la oscuridad.
Luego, para conocer el otro extremo y por una explosión que no pude controlar, pasé tres años siendo la más extrovertida. Y positiva. Todo es para bien. Luz.
Hace unos días, en una Reiki Initiation me descubrí lamentándome, otra vez: que he hecho yo para merecer esto! Esta vida maravillosa, esta gente preciosa que me rodea, tanto amor. No me lo merezco!
Se lo comenté al grupo y la Maestra gritó: ‘Deja ya de quejarte, coño, y comienza a agradecer, joder’!
Anuncios
Responder